Estoy realizando la formación en Barcelona. Me está gustando mucho, tan sólo me falta un taller para acabar y ¡se me ha pasado volando! Además, al ser cada dos meses, da tiempo a reflexionar e integrar todo lo trabajado en el taller.
Cada sesión es una experiencia única y muy creativa, con música, baile, historias, canciones, juegos, visualizaciones, rituales… es algo mágico y, de manera lúdica y fluida, conectas con temas profundos que poco a poco te van ayudando a conocerte mejor, a ver tus sombras, tus miedos… ¡y tu luz!
Se crean vínculos muy profundos con el grupo, lo que ayuda a que te sientas segura y confiada para compartir lo que necesitas, a cada momento, y el grupo te acoge, con respeto y mucho amor.
Los formadores son excepcionales, cada uno aporta lo mejor él, sus experiencias, sus aprendizajes, sus talentos… y su acompañamiento amoroso que facilita el proceso.
¡Una experiencia muy enriquecedora y recomendable!